¡Ay, carne de destierro, ayer amante, / reseca carne vieja y apagada!, 1973
Óleo sobre lienzo, 100 x 81 cm.
Colección particular, Alcoy.
El título, que el artista toma del poema Las amantes viejas de Rafael Morales, le sirve al pintor para simbolizar en la obra a la madre naturaleza en la carne arrugada de la mujer. Pertenece a la serie de troncos de árboles.